El león , la bruja y el armario-ropero.

En 1993 se inician los trámites en el reino  de Olocau para la restauración de los terrenos de la Cantera Mª Rosa, la concesión de la antigua cantera era de Helios Ortiz que junto a su socio Francisco Abad Cabaco le cedieron la explotación del futuro vertedero a Girsa y convencieron al rey de Olocau, el león Agustín Agustí para que mediante decreto de alcaldía les permitiera iniciar la primera fase.

Girsa que en aquellos momentos era 100% de diputación y estaba bajo el mando de Clementina Ródenas se  acogió al edicto del Consell Metropolitá de L´Horta (bop 173 23/7/93) para realizar un vertedero de residuos inertes que incluye: fangos inorgánicos, muebles, electrodomésticos, papeles , cartones, residuos de poda y envases de plástico. Cuando en el proyecto presentado sólo decía que los residuos serían: restos de hormigón , ladrillos, maderas, chatarras y restos cerámicos.

Al león Agustí  y a su entorno no pareció importarles que los residuos no fueran los apropiados pues en su reino todo era paz y prosperidad para los suyos, se permitió a Girsa ocupar terrenos con el vertedero que no eran de su propiedad y se permitió  la explotación del  vertedero sin compensación para el ayuntamiento de Olocau.

Ya en el año 2001, al comienzo de la segunda fase del vertedero, el león Agustí firmó un convenio con Girsa para que a cambio de explotar el vertedero se hiciera cargo de pagar el transporte y el tratamiento de la basura urbana de Olocau que en aquellos momentos se llevaba a la planta de Guadassuar.

Las fiestas se sucedieron en el reino de Olocau dia y noche, se compraron castillos, se construyeron maravillosos jardines , se contrató a la empresa de Francisco Abad Cabaco para que se encargara de la jardineria en Olocau.

Pero las sombras se cernían sobre el reino de Olocau, el malvado Peregrín Mañez denunció a Girsa por ocupar sus terrenos, a la vez que otras dos hermanas también hicieron lo mismo al ver como se levantaba un vertedero en fincas de su propiedad.

Pese al permiso del león Agustí , y a los conjuros del Gitano Blanco, Girsa empezó a ver complicada la viabilidad del vertedero y en 2004 dejó de pagar el canon de la basura y jamás pagó ni un solo euro para su transporte.

Las deudas se acumulaban el los sótanos del palacio del león Agustín que intentaba a la desesperada mantener la alegria en su reino, atrayendo a promotores y dibujando megaproyectos urbanísticos para garantizar el futuro de su reinado.

Entonces ocurrió lo que nadie se imaginaba, en el año 2007, la malvada bruja Ascensión se apoderó del reino y condenó a sus ciudadanos a un invierno eterno sin Navidad.

Entre sus malvados planes se centró en cuantificar la deuda y amenazó a Girsa con llevarla a juicio si no pagaba, Girsa se negó a pagar debido a los multiples juicios que tenía.

En un ataque de prepotencia y maldad extrema le retiró la licencia  y paralizó el vertedero.

Menos mal, que en el 2011, los fieles seguidores del león Agustí encontraron un armario-Ropero , a traves del cual pudieron liberar al reino de Olocau de la malvada bruja Ascensión , cumplieron las antiguas profecias y devolvieron el verano y la alegria a los habitantes de Olocau.

Hoy, en el 2012 , "gracias" al armario-Ropero "mágico" hemos descubierto que el vertedero se ubicó de forma erronea, eso ya lo dijo el malvado Peregrín y las propietarias de parte de los terrenos en sus luchas ante los tribunales, el emplazamiento además no reunía las condiciones técnicas de seguridad para garantizar que no se contaminen los acuíferos, la emisión de gases tóxicos y peligros provocados por la evolución de los residuos depositados. Cosa que no pareció importar al león Agustín y sus subditos.

Tras muchos años de lucha contra el mal ; Pascual, Diego, Marta, Perales, Raquel y todos los que aparecen y desaparecen según les conviene a traves del armario-Ropero, se alegran de que la justicia les ha admitido una demanda, una más de tantas. Estos son nuestros héroes, los  mismos que después de haber iniciado, permitido y dejado sin control el vertedero, exigen que se depuren responsabilidades.

Que así sea.

Aunque parece un cuento infantil esta es la historia que pretenden hacernos creer a la mayoría de la gente de Olocau, eso sí, eliminando muchos detalles importantes que  nuestros cronistas no desean que pasen a formar parte de la historia, por la cuenta que les trae.